- Hola
- …
- ¿Estás enojada?
- Es sólo que casi no nos vemos y las veces que lo hacemos, como hoy, llegas tarde
- Fuiste tu quien decidió no verme
- Claro. No importa
Acaricié tu barba y miré tus ojos color ámbar. Me acerque a tu cuello para robarme tu olor.
- ¿Qué has hecho? Regresaste hace una semana ¿no?
Creo que asentí con la cabeza y te conteste con la voz quebrada
- Bueno, pues salí con mis amigos, ¿te acuerdas del Río de la Plata? Pues fui el viernes y estuvo chido porque fue el primer encuentro del año con la banda.
- ...
- ¿Y tú?
- Pensar. Laura ¿Qué es lo qué más te gusta? Digo, recuerdo que te hice esta pregunta la primera vez que hicimos el amor y tú contestaste que era muy pronto para hacerla
En ese momento pensé que era demasiado tarde. Te bese y hui, nuevamente.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió... Sabina Aconteció la vida juntos. La otredad dejó de ser extraña para volverse familiar, necesaria. Como siempre, cometí actos fallidos. Mi afición por encubrir esa perentoria necesidad que tiene el deseo de manifestarse a costa del infame dolor que pueda generar, hizo traicionar mi propia voluntad, cuando en realidad lo único que me hubiera gustado hacer era sentarme en tus piernas y besarte, interminablemente. El sueño lo descubrió todo, ¿por qué incluso en el sueño era capaz de traicionar el deseo puro, libre de máscaras? La costumbre de evadir una destrucción. Sin embargo ahí está el sueño y su naturaleza profética. Si no para la vida en vigilia, si para la vida que transcurre en el sueño, en donde también soy. Despierto un segundo y vuelvo al sueño, apareces de nuevo en él, en la cotidianidad de los días por venir. Traes un suéter anaranjado, el pelo te ha crecido y me saludas con una gran sonrisa. Un par de...
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