"La auténtica vida de un pensamiento dura unicamente hasta que llega a la frontera de las palabras: allí se petrifica, de ahí en adelante está muerto, pero inquebrantable, como las bestias y las plantas petrificadas del mundo primitivo. También a la del cristal durante la cristalización se puede comparar su vida, fugazmente auténtica. En cuanto nuestro pensamiento ha encontrado palabras, deja de ser íntimo, e incluso solemne, en su sentido más profundo. donde empieza a ser una realidad para otros, deja de vivir en nosotros; como el niño que se separa de la madre cuando empieza atomar conciencia de una identidad propia." Arthur Schopenhauer Sobre escritura y estilo