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masoquismo disfrazado de mecanismo de defensa

nada de chicos ostra, ni puñes reprimidos, ni club oficial de bateados... Ahora intento ser escéptica y solo confiar en el arte de ciertos escritores y algunos músicos, intentar no dejarme llevar por sentimientos prostituidos que han sublimado el dolor; quizás no fluir en conceptos elaborados...

tal vez funcione volvernos escépticos para dejar de sufrir, aunque no creo que deje de gustarme John Lennon, ni creo que la melancolia que en ocasiones es insoportable se vaya y sobre todo porque abandonarme al escépticismo sería como entregarme a la Gran Costumbre... Y es en estos momentos cuando el dramaturgo se cuestiona: ¿Por qué maldita sea me gusta sufrir? y el personaje de su obra mediocre le contesta desde la última línea de la hoja: Pero si bien que te gusta, así que deja de quejarte.

Comentarios

Yo paso, simpre me han atraído los finales trágicos
proctorul dijo…
si quieres ser escéptica debes dudar también del arte, que es la cosa inútil por antonomasia. es reducirnos a la funcionalidad de una computadora solvente de problemas, o a la de una señora que vende quesadillas. si lo piensas dos veces no está tan mal. de todas formas nos van a asaltar.
peligro dijo…
esceptisismo es le nuevo club de los puñetas...pronto me unire
Pablo dijo…
¿Qué tal la "certeza cutre" de que todo está jodido, duele y apesta?

O como el John Lennon, cree en ti y en tu novia.

El dramaturgo puede hacerle vudú a sus personajes, y más cuando estos se hacen güeyes cuando les preguntan algo, como por ejemplo:

dramaturga:¿Por qué me gusta esto?
personaje: (evasivo)sí te gusta.

Por cierto, ¿ya recuperaste tus bolsitas?
proctorul dijo…
escepticismo es también certeza de que tu hombre o mujer te engaña.

Los puñes deberían ahora ser quínicos, que es el estado anterior al cinismo en el que no te falta nada aunque nada tengas.

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