Recuerdo haberlo invitado a la fiesta pensando en nada... ¿quién eras? no me importaba, sólo me gustaba la forma en como me veias al hablarte o quizás solo imagine que me mirabas tiernamente.
Líneas con sangre seca, mejilla izquierda hinchada, cinco puntadas. Pensaba que tal vez lo olvidaría algun día... Imposible, el día en que durmieron juntos por vez primera no lo olvidaría por cierta herida en el rostro o Por no querer aceptar que en realidad no borraría de su mente ese recuerdo porque él había llegado a su vida.
Cuando regrese con un parche que cubría la mitad de mi cara seguías ahí. Platicamos y fumamos mariguana, en algun momento sentí que estabamos en sincronía.
Alcohol, mota, algun dolor escondido tras la llegada del viajero, tal vez ella lo usaría para ocultar un rechazo, algun desamor. Había llovido.Salieron de la casa y caminaron en busca del oxxo más cercano. De regreso un auto levanto un gran charco de agua y lo mojo.
Dormimos juntos en una cama angosta mientras tu olor se insmiscuia inevitablemente por mi nariz. No nos besamos. Fue agradable dormir contigo.
-¿Hace cuánto de eso?- Le pregunta el hombre a ella.
Quizás él no lo adivina, ni lo intuye, tal vez ni lo sabe. Ella podría decirle hace cuánto, la fecha exacta, pero ¿acaso importa?
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió... Sabina Aconteció la vida juntos. La otredad dejó de ser extraña para volverse familiar, necesaria. Como siempre, cometí actos fallidos. Mi afición por encubrir esa perentoria necesidad que tiene el deseo de manifestarse a costa del infame dolor que pueda generar, hizo traicionar mi propia voluntad, cuando en realidad lo único que me hubiera gustado hacer era sentarme en tus piernas y besarte, interminablemente. El sueño lo descubrió todo, ¿por qué incluso en el sueño era capaz de traicionar el deseo puro, libre de máscaras? La costumbre de evadir una destrucción. Sin embargo ahí está el sueño y su naturaleza profética. Si no para la vida en vigilia, si para la vida que transcurre en el sueño, en donde también soy. Despierto un segundo y vuelvo al sueño, apareces de nuevo en él, en la cotidianidad de los días por venir. Traes un suéter anaranjado, el pelo te ha crecido y me saludas con una gran sonrisa. Un par de...
Comentarios
2. No digo que la carta de aquel putete sea menos puñetera.
3. Ni pedo, agua y ajo...