he padecido leucemia, cirrosis, cáncer de mama, algun tumor cerebral, cirrosis, tetanos y rabia (gracias Obi), neumonia, cirrosis, incluso una solitaria (de otra especie distinta a la mia) habitó en mi estómago, en fin quizás al final muera de algo absurdo y aburrido: por huevona y no hacer otra cosa más que pasarmela pensando en eso que no ha sucedido y que tal vez no suceda pero que tal vez algun dia pase, que aburrido, mmm, aún así uno nunca sabe...
nada de chicos ostra, ni puñes reprimidos, ni club oficial de bateados... Ahora intento ser escéptica y solo confiar en el arte de ciertos escritores y algunos músicos, intentar no dejarme llevar por sentimientos prostituidos que han sublimado el dolor; quizás no fluir en conceptos elaborados... tal vez funcione volvernos escépticos para dejar de sufrir, aunque no creo que deje de gustarme John Lennon, ni creo que la melancolia que en ocasiones es insoportable se vaya y sobre todo porque abandonarme al escépticismo sería como entregarme a la Gran Costumbre... Y es en estos momentos cuando el dramaturgo se cuestiona: ¿Por qué maldita sea me gusta sufrir? y el personaje de su obra mediocre le contesta desde la última línea de la hoja: Pero si bien que te gusta, así que deja de quejarte.
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